El corazón de las anjanas es una rosa muy grande con muchas gotas de miel en las hojas y "un roziu que diz que son las lágrimas de la Madre Dolorosa". "La voz de la anjana diz que es lo mesmu que la voz de los ángeles".
La palabra anjana es posible que tenga su etimología en Jana, nombre que se daba en España a las brujas.
Las anjanas vestían con un hábitu blancu, con unas pintucas relumbrantes que paecían estrellas.
Al alba abandonan las anjanas sus grutas secretísimas que tienen el suelo de oro y las paredes de plata. Malvises, tordos, pisonderas, rajucos, colorines, ruiseñores y jilgeros saltan a los hombros, a la gentil cavaz cabeza de las hechiceras y las "pían y las cantan unas cosas muy majas que nadie más que ellas pueden comprender.
A media mañana tornan a las grutas. Antes han limpiado las fuentes, han bendecido a los rebaños de los pastores buenos y han acariciado las desgarraduras de los árboles.
Las anjanas nada más que cantan dos cantares: uno muy alegre y otru muy triste.
"El cantar alegre paez una seguidilla de baile muy retorneá y el cantar triste paez un lamentu de una madre desconsolá. Si el día está turviu las anjanas cantan la seguidilla alegre y se pone claro; y si está claru cuando cantan el cantar triste se pone oscuru".
Cuando se perdía daque vaca na´ más que había que ir al monte y decir cuatro veces:
Anjanuca, anjanuca,
buena y floría
lucero de alegría
¿Dónde esta la mí vacuca?
Cuando se perdía alguna oveja había que decir:
Anjana bendecía
gÜelveme la oveja perdia.
Información sacada del libro Mitos y Leyendas escrito por Manuel Llano.
Información sacada del libro Mitos y Leyendas escrito por Manuel Llano.
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